El asma

El Asma es la enfermedad alérgica más importante, y es también la enfermedad crónica más importante en la edad pediátrica.

Es la enfermedad alérgica más importante debido a su gravedad, a que puede ser incapacitante, amenazante para la vida, y a que causa una gran repercusión personal, familiar, social, sanitaria y económica.

En la edad pediátrica es motivo también de pérdida de numerosos días de escolaridad y de días de trabajo en los padres o cuidadores, puede limitar la actividad física y social, todo lo cual puede causar un gran impacto psicológico.

En las siguientes líneas vamos a exponer los conceptos básicos de esta enfermedad. En el asma, como en el resto de enfermedades alérgicas podemos distinguir tres niveles vinculados: la clínica o síntomas que produce, la patogenia o mecanismos intermedios de nuestro organismo que causan los síntomas, y la etiología o causa que produce los dos anteriores

Clínica (Síntomas)

Los síntomas que produce el asma son básicamente la tos, las sibilancias y la dificultad respiratoria. La tos suele ser seca al principio, para hacerse luego productiva, con secreciones. Las sibilancias son como silbidos o «pitos» en el pecho, producidos por el paso del aire al respirar, a veces audibles con el simple oído, y otras veces con el fonendoscopio. La dificultad respiratoria, o disnea, es la fatiga, la sensación de ahogo, de que falta el aire, o que no entra en el pecho, en el cual se siente una opresión. Todo ello se debe a un estrechamiento de los bronquios, que hace que disminuya el diámetro para el paso del aire.

Estos síntomas pueden aparecer juntos o cualquiera de ellos por separado. Su intensidad, frecuencia y duración son muy variables entre distintos pacientes, y en el mismo paciente en distintas ocasiones. Lo más frecuente es que se presenten de manera intermitente, con períodos libres de síntomas, aunque a veces hay pacientes en los que los síntomas son diarios y constantes. Su aparición puede ser brusca, en cuestión incluso de minutos, o bien paulatina, a lo largo de varios días. Los síntomas suelen empeorar de noche. Este conjunto de síntomas no es exclusivo del asma, sino que también puede presentarse en otras enfermedades, sobre todo en personas adultas.

Para este nivel del asma se utilizan medicamentos por vía inhalada, vía oral o inyectados. Estos medicamentos constituyen el llamado tratamiento sintomático o de rescate. Su finalidad es dilatar los bronquios. Este tratamiento se usa en general en períodos cortos, se interrumpe cuando desaparecen los síntomas, pero no impide la reaparición de síntomas al cabo de cierto tiempo.

 

 

 

Patogenia (Mecanismos intermedios)

Se ha comprobado que las personas con asma, incluso cuando están aparentemente bien, tienen una inflamación de los bronquios. Esta inflamación de la capa interna de los bronquios produce lo que se llama hiperreactividad bronquial, que es una reacción aumentada de los mismos frente a una serie de estímulos, que producen la contracción bronquial y hace que aparezcan los síntomas descritos.

Para disminuir esta inflamación se usan diversos medicamentos por vía inhalada o vía oral. Constituyen lo que se denomina tratamiento preventivo, de control, de mantenimiento o anti-inflamatorio. Su efecto no es inmediato, sino a más largo plazo, y se usa durante períodos de tiempo que pueden durar años. Su finalidad es que no reaparezcan los síntomas.

Desafortunadamente, si no se elimina la causa que ha originado la inflamación bronquial, el efecto de este tratamiento desaparece en muchos casos al interrumpir la medicación, y el paciente puede volver a presentar síntomas. Para evitar esto se debe intentar averiguar y tratar la causa de dicha inflamación.

Etiología (Causa)

La causa más frecuente del asma es la alergia a diversas sustancias (alergenos) que hay en el ambiente que nos rodea. Es tal la importancia de la alergia en el asma que prestigiosos especialistas han llegado a afirmar que «probablemente todos los casos de asma sean debidos a alergia, aunque los métodos disponibles actualmente no nos permiten diagnosticarlos todos».

Aunque no en todos los pacientes se llega a averiguar qué sustancia o sustancias producen alergia, el primer paso para llegar a saberlo es, evidentemente, intentar averiguarlo. Esto no se intenta en todos los pacientes, aun cuando es especialmente importante en aquellos con síntomas más severos, o cuando los síntomas se prolongan más allá de un período razonable. El diagnóstico etiológico o de la causa será tanto más útil cuanto más precoz sea. Para realizar este diagnóstico se utilizan pruebas cutáneas, análisis de sangre y pruebas de provocación.

Cuando se averigua la causa del asma se recurre al tratamiento etiológico. Este se basa en dos aspectos. El primero es la evitación de la causa, cuando sea posible. En algunos casos es suficiente con esto para que, al suspender el contacto con ese agente causante, nuestro organismo desarrolle tolerancia de manera espontánea. En otros casos se recurre a la Inmunoterapia, conocida popularmente como las vacunas de la alergia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inmunoterapia es el único tratamiento disponible actualmente capaz de modificar el curso de la enfermedad. Su finalidad es que el organismo desarrolle tolerancia a la sustancia que le causa alergia, y de este modo ser capaz de no tener síntomas y tampoco necesitar ninguna clase de medicación.

Temas relacionados: